Los tratamientos con ácido hialurónico, también conocidos como rellenos faciales, utilizan geles reabsorbibles diseñados para adaptarse a diferentes necesidades. Su densidad es seleccionada de manera personalizada por el profesional médico, garantizando un enfoque adecuado para cada paciente.
- Ayudan a suavizar arrugas y surcos faciales.
- Pueden realzar áreas clave como los pómulos y el mentón.
- Contribuyen a redefinir el perfil facial y el óvalo del rostro.
- Aportan volumen a zonas como los labios.
- Mejoran el aspecto de hundimientos, como el área de las ojeras.
- Realizar una valoración previa con el médico para evaluar las necesidades del tratamiento.
- Evitar la ingesta de anticoagulantes o antiinflamatorios 48 horas antes (salvo indicación médica).
- Mantener la piel limpia y libre de irritaciones el día del procedimiento.
- Informar al especialista sobre alergias, tratamientos médicos previos o condiciones de salud relevantes.
Las recomendaciones posteriores al tratamiento pueden variar según la zona tratada y las características individuales del paciente.
En general, este procedimiento permite retomar las actividades diarias sin inconvenientes, ya que no es invasivo. No obstante, es aconsejable seguir las indicaciones específicas proporcionadas por el especialista para optimizar los resultados y garantizar el bienestar.